Mucho se habla de la importancia del liderazgo en el desarrollo de los emprendimientos y las empresas, pero si hay un momento donde destaca es en las crisis.
Durante los últimos 20 meses la sociedad boliviana se ha visto enfrentada a la pandemia de salud, la pandemia política resultante de la polarización y el enfrentamiento de posiciones aparentemente irreconciliables y, como fruto de las dos primeras y de la coyuntura mundial, la pandemia económica.
Los negocios, las micro, pequeñas y medianas empresas, y hasta las más grandes se han visto enfrentados a situaciones sin precedentes y quienes las dirigen han tenido que reinventarse para dar respuestas desde el ejercicio del liderazgo.
La cuarentena, la caída en las ventas, las personas enfermas, los seres queridos fallecidos, las obligaciones por pagar, la falta de materia prima, los problemas logísticos y los costos multiplicados por 5 o más para importar y exportar, en fin, todos los problemas juntos y todas las miradas puestas en quien gestiona la empresa.
Ella o él deben tener respuestas en un mundo donde lo que menos existe precisamente es certidumbre, donde se ha caído el mundo cómo era y todavía no se aclara cómo será la nueva normalidad.
Cómo ejercer el liderazgo en estas circunstancias.
Lo que sigue es un conjunto de consejos, basados en los 30 años de trabajo como consultor, gerente y director de empresas de diferentes tamaños y rubros, no es una receta de cocina, sino un listado en el que cada cual puede escoger qué se aplica en su caso, aunque yo recomiendo hacerlo todo.
El liderazgo de Uno mismo
Como nadie puede estar bien con los demás sino esta bien con uno mismo, el liderazgo empieza por casa.
Debemos empezar por aceptarnos y reconocer nuestras fortalezas y debilidades, aclarar cuál es nuestro norte y porqué es esa nuestra meta, a veces estamos tan empeñados corriendo y resolviendo el día a día que olvidamos la razón por la que lo estamos haciendo.
Incluir en nuestra rutina diaria un tiempo para planificar y aprender (aunque sean pocos minutos para planear el día y otros pocos para evaluar lo que logramos). De igual forma el darnos tiempo para respirar de verdad (prestando atención a lo que hacemos y oxigenando cuerpo y mente) y realizar alguna actividad física, para liberar estrés y toxinas.
Entender que nadie ES LIDER, sin embargo, todos (as) pueden ejercer el liderazgo, la distinción no es trivial, permite aceptar que nadie sabe todo ni tiene todas las respuestas y, al mismo tiempo, algunas personas pueden guiar al resto en el camino a encontrarlas.
El liderazgo hacia los demás
Tal vez, el resumen de lo que sigue es que para ejercer el liderazgo te deben importar genuinamente los demás, debes estar dispuesto (a) a escuchar y a tomar decisiones
No existe una receta mágica para el ejercicio de liderazgo, pero hoy más que nunca se requiere desarrollar la capacidad de devolverle el trabajo a la gente (involucrarlos en la identificación y resolución de los desafíos que se encuentran), trabajar con las personas (las organizaciones son en realidad conjuntos de personas que trabajan con objetivos y metodologías comunes en busca de objetivos determinados) en la cultura (forma en que las personas de la organización se relacionan entre sí y con el resto de la sociedad) y en el compromiso para enfrenta los tiempos que nos tocan.
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