Cultura emprendedora, clientes, segmentos, valor, producto, marketing, estrategia, contabilidad, impuestos, formalidad, producción, negocio, empresa, resiliencia, confianza, punto de equilibrio, ingresos, margen, costos; fijo, variable o más bien gasto, aceleradora o incubadora, coaching, startup, financiamiento, hub, coworking, networking, Little Pony, B2B o B2C, storytelling, target, modelo de negocio o más bien plan…Una brillante emprendedora me comentaba: “¡Diablos!, todo suena importante y presiento que es solamente una parte pequeña del todo, ¿Cómo se hace todo esto? ¿Cuándo? ¿Para qué?”

Me quedé en la incertidumbre de responderle cabalmente. Realmente, ¿Todo esto es importante? Pues SÍ, pero no es necesariamente en lo que un emprendedor tiene que volverse experto. La experiencia me muestra cada día que el ESPÍRITU EMPRENDEDOR es un cóctel de conocimientos, habilidades y actitudes, tal como lo concibe Víctor Küppers. Bajo este modelo, la experiencia me muestra también que existen cosas que son más bien fundamentales y que hacen a las y los emprendedores, a sus emprendimientos y empresas, cosas que llamo factores de éxito, y que en gran medida, el éxito en ellos define, a su vez, la sostenibilidad de sus iniciativas productivas.

Persona o empresa ¿fin o medio?

La respuesta tiene dos líneas de pensamiento principales, no excluyentes una de la otra, sino más bien complementarias. La primera es que las empresas tienen necesidades específicas, para las cuales existe una serie de herramientas de gestión empresarial ampliamente desarrolladas y que generalmente pueden ser encontradas en las universidades como parte de una enseñanza formal -así es, hablamos de conocimiento-, pero que son (muchas veces con ajustes) aplicables a la realidad de las diferentes áreas funcionales de la empresa, como la administrativa, contable, financiera, operaciones/producción, comercial, legal, recursos humanos, comercial y un largo etc.

La segunda línea de pensamiento es sobre las personas que poseen y/o gestionan la empresa, que digamos… comparten el sueño. La empresa se torna entonces en la herramienta para alcanzar esos sueños (y no al revés), sueños que, de esta manera, se tornan en productivos y por lo tanto en una forma de vida. Lo que sucede es que, con el pasar del tiempo, tendemos a confundir el medio o herramienta, con el fin. La empresa es solo el medio, no el fin, con todas las implicaciones que esto conlleva.

Si todo parte desde la persona y la empresa es la herramienta para alcanzar sus sueños, es entonces fundamental conocer por qué una o uno hace lo que hace, sus sueños, cómo entiende y concibe su compañía, cómo afronta los problemas, cómo gestiona la empresa y, particularmente, qué representa el éxito para ella o él, cómo lo visualiza.

Así como las empresas tienen necesidades, las y los gestores de una empresa tienen sueños y su conocimiento, habilidades y actitud para alcanzarlos. Por si fuese poco, estas y estos gestores tienen que lidiar también con su tiempo -este último no es manejable- por lo que gestionan su empresa administrando estas variables, muchas veces sin darse cuenta. Algunas y algunos emprendedores cuentan con amplios conocimientos en gestión empresarial, tienen experiencia, pero no tienen tiempo, el eterno dilema entre lo urgente y lo importante.

Emprendedora/or o empresaria/o

Son términos utilizados frecuentemente y muchas veces indistintamente, y aunque la mayoría intuimos que uno se trata de la evolución del otro, la diferencia más importante entre ellos no se encuentra solamente en la visión de crecimiento, tampoco en el tamaño de la empresa, la visión de futuro, la actitud o el tiempo en el mercado (existen empresas que están en el mercado más de 20 años y la gente se refiere a sus propietarios como emprendedoras/es, o empresas con un año en el mercado, cuyos propietarias/os o gestoras/es son considerados empresarias/os), sino más bien en la forma de hacer las cosas.

Las y los emprendedores idean, diseñan, ejecutan y evalúan, así como operan casi todas las áreas funcionales de su emprendimiento. Las y los empresarios, en cambio, contratan servicios especializados. Este aspecto vuelca la balanza sobre el conocimiento y las habilidades de la y el empresario en una suerte de ventaja competitiva sobre sus competidores, particularmente sobre temas legales, impositivos y comerciales.

Conocimiento y experiencia

La enorme mayoría de emprendedoras y emprendedores con quienes he trabajado, no cuenta con conocimientos formales en gestión de empresas, sino más bien en temas vinculados a la producción de los servicios o productos que ofrecen.

Es un error esperar que todas y todos ellos se conviertan en administradores de empresas o MBA’s. Es el típico error que arrastramos en el país con iniciativas que tratan de convertir una o un  buen productor de café en una o un gerente comercial que lo venda y que tenga buenos resultados. El camino radica, en cambio, en metodologías como la de Tú – Consultorio Empresarial, que permite el acceso a conocimiento especializado, y contar con, por ejemplo, una o un buen gerente comercial, abogada, contable o financiera capacitada, solo por horas. Esta es un excelente ejemplo de como una o un emprendedor pueden resolver dificultades vinculadas a la ausencia de conocimiento especializado.

Por otro lado, las y los emprendedores que han trabajado previamente en una empresa similar a su emprendimiento, logran generar no solo conocimiento, sino también una manera de actuar; habilidades para resolver y encarar situaciones que luego es trasladada a su empresa. Esto está generalmente vinculado a la estructura jerárquica de la empresa donde se ha ganado experiencia y particularmente a las y los jefes que han fungido de mentores durante ese proceso.

Estrategia y visión de mercado

El proceso de planificación estratégica es generalmente dejado de lado a medida que el emprendimiento crece, destinándose mayor tiempo a lo urgente, que luego desemboca en problemas que podrían haber sido evitados desde un inicio.

El desarrollo de objetivos, las estrategias para alcanzarlos y sus respectivas tácticas, marcan el camino de crecimiento para los empresarios que saben hacia dónde se dirigen y hacia dónde quieren llegar, sin importar el tamaño de su empresa o rubro en el que operan. Este aspecto es de especial importancia para una o un emprendedor, pues como hemos comentado previamente, la visualización de su futuro personal, por medio de su emprendimiento, se constituye en lo que ella o él defina como éxito y por lo tanto, el trazado del camino para alcanzarlo.

Visión de mercado

La pregunta que las y los empresarios siempre tienen presente -y que rara vez hacen directamente- es; ¿cómo puedo vender más? y la respuesta siempre es la misma; conoce bien a tus clientes y consumidores.

La visión de mercado ha sido útil para las y los emprendedores que han logrado materializarla en la definición de perfiles de consumidores segmentados que les permita conocer su mercado, hábitos y preferencias de consumo. Este es el inicio de cualquier buena estrategia comercial pull.

Las y los emprendedores que entienden que entonces no es suficiente ser buena o bueno en lo que se quiere producir y ofrecer (ni siquiera ser la o el mejor), sino más bien ser buena y bueno en producir lo que el mercado está demandando, es uno de los factores más importantes de éxito de una empresa. Paradójicamente, este aspecto es frecuentemente omitido por programas de fortalecimiento a productores que no han puesto suficiente atención en el mercado y que luego fracasan al no poder vender sus productos.

Información

Poco a poco se manejan más datos y se cuenta con menos tiempo para analizarlos. En un mundo que se mueve cada vez más rápido, convertir datos en información, así como la toma de decisiones informadas, son la diferencia entre lograr que un negocio sea rentable o no.

Esto no solo es aplicable a compañías grandes, sino de todo tamaño, lo que pasa es que la información debe ser generada de acuerdo con lo que se requiera, las métricas y KPI`s pertinentes, pues está claro que no se puede gestionar lo que no se puede medir.

Un error común es pensar que la información está vinculada solamente al área comercial y no a todas las áreas de la compañía, por lo que la información que se genera dentro de la empresa es tan importante como la que se pueda recabar por fuera, encontrando maneras más baratas de hacerlo. Generalmente, el desarrollo de un sistema de información acorde a las necesidades y tamaño del negocio de la empresa puede, con la gestión adecuada de la información, acelerar el crecimiento de la compañía sobre sus competidores.

Innovación

En el mundo empresarial, la innovación es alcanzada solamente cuando el producto o servicio sale al mercado. Mientras tanto solo se ha incurrido en gastos de Investigación y Desarrollo. Es por este motivo que la innovación de productos y/o procesos debe ser también diseñada en función a la valoración de los clientes y su disposición de pago. Este aspecto, como todos los anteriores, también está fuertemente apoyado en la generación de información.

No se trata entonces de saberlo todo o saber hacer todo, sino más bien de tener la actitud correcta para gestionar las dificultades, integrar los factores de éxito para alcanzar las metas personales y empresariales trazadas, divertirse en el camino y, por supuesto, alcanzar el éxito en esos factores.

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